Desesperación. Rudaina (35 años), en su tienda en el campo improvisado de la gasolinera del Hotel Hara, última área de servicio antes de la frontera con Macedonia, se mostraba preocupada y comentaba no aguantar más la situación y las condiciones en las que sobrevivían en Grecia. Lloraba cuando hablaba por teléfono con su madre, todavía en Siria, y decía preferir morir en su casa que vivir en pésimas condiciones fuera de ella. Desde este campo improvisado esta familia de 7 miembros había intentado cruzar la frontera en más de ocho ocasiones sin éxito. Hoy Rudaina y su familia ya están en Alemania, después de atravesar a pie Turquía, Grecia, Macedonia, Serbia, Hungría y Austria. Polikastro, (Grecia), 06/2016 © Patricia Bobillo Rodríguez
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